Historia
Los primeros habitantes llegaron a la isla en el 500 aC procedentes del noroeste africano, eran de origen Bereber y se denominaban así mismos “Mahos” y a su isla “Thyterogakat” (La Quemada).
En el primer tercio del siglo XIV llegó a la isla el navegante genovés Lanceloto Malocello.
Desde entonces pasó a llamarse “Ínsula de Lançarotus Marocelus” y posteriormente “Lanzarote”.
A principios del siglo XV es conquistada por Jean de Bethencourt para la corona de Castilla.
Agricultores
Gracias al tesón y al trabajo de los agricultores lanzaroteños, lo que en un principio provocó hambrunas y emigración en poco tiempo se manifestó como fertilidad y prosperidad.
En los campos que con anterioridad solo se cultivaban cereales ahora podían florecer vides y frutales.
De forma rudimentaria y totalmente manual hicieron hoyos en las cenizas que expulsó el volcán y abrieron huecos en la capa de lava para conseguir llegar a la tierra vegetal que había ocultado la erupción, plantando allí las raíces de las plantas que luego fueron tan fructíferas para la isla.
Hoyos y grietas de hasta 4 metros de profundidad donde bajan para darle un mimo casi de jardinero a cada planta.
Bodega
Durante varios siglos perteneció a una de las familias mas importante de Lanzarote.
Ya casi sin actividad en el año 2001, con el nuevo siglo, se le dio un nuevo impulso, ocupando en pocos años la cabeza enológica de la isla.
Desde Bodegas Los Bermejos estamos totalmente convencidos de que la calidad de nuestros vinos depende de la calidad de las uvas con los que se hacen y por este motivo nuestro mayor esfuerzo va encaminado a conseguir la mejor uva, para así obtener el mejor vino.
Lanzarote nos regala unas condiciones únicas e insuperables para conseguirlo, clima, suelo, variedades de uvas, peculiaridad de cultivo, todo se da en nuestra tierra, lo único que tenemos que hacer es poner en la botella el zumo de esas uvas fermentado, sin manipular, transformar ni potenciar nada. Nuestros vinos reflejan la riqueza de nuestra tierra, nuestros paisajes y el esfuerzo de nuestros agricultores.
Clima
Se define como subtropical en cuanto a temperaturas y subdesértico en cuanto a pluviometría.
Las temperaturas son suaves y experimentan pocas variaciones debido a la acción moderadora del océano y de los vientos Alisios que cargados de humedad barren la isla de noreste a suroeste. La pluviometría media anual es de 150 mm y no se dispone de recursos hídricos en el subsuelo.
Un fenómeno climático a destacar es la “calima”, vientos fuertes del este cargados de polvo procedente de tormentas en el desierto del Sahara que a veces llegan a la isla alcanzando temperaturas de hasta 45º C
Viticultura
El cultivo de vid en Lanzarote se caracteriza por no haber sufrido la plaga de filoxera.
Esta fue una plaga producida por un nematodo que, proveniente del continente americano, acabó con los cultivos en el continente europeo en la segunda mitad del siglo XIX, obligando a plantar raíces de variedades americanas resistentes al parásito e injertarlas con variedades de vides europeas de mayor calidad enológica.
En este proceso se perdieron muchas variedades de vinificación y se redujo tanto el cultivo de otras que casi están desaparecidas.
Las vides en lanzarote están cultivadas con pié franco, es decir tienen la raíz propia de la variedad de uva europea, manteniendo así la riqueza varietal y enológica anterior a la filoxera.
Cultivos
“El día 1 de septiembre de 1730 la tierra se abrió en Timanfaya”. Así comienza la crónica de la mayor erupción volcánica que se ha producido en Canarias en tiempos históricos y que a lo largo de 6 años fue cubriendo de lava y cenizas volcánicas las vegas mas fértiles de Lanzarote, cambiando el paisaje y dando origen a lo que luego sería el paisaje vitícola mas impresionante que uno pueda imaginar.
La ceniza volcánica (también llamada arena o picón) que cubre los campos consigue retener la escasa agua de lluvia que cae, absorbiéndola como una esponja y evitando que las escorrentías se la lleve al mar. Permite que drene y llegue a la tierra vegetal donde están las raíces de las plantas y forma una capa aislante con el sol, evitando así su evaporación. No tiene riqueza orgánica, por lo que hay que apartarla y hacer hoyos para plantar las vides en la tierra rica en nutrientes. Por otro lado, los vientos alisios que en primavera y verano soplan con insistencia queman las hojas que sobresalen de los hoyos, por lo que hay que poner un murete de piedra semicircular que las proteja.
El grosor de la capa de ceniza o picón determina la profundidad y el diámetro del hoyo y por lo tanto la densidad de plantación. Hay zonas donde los hoyos alcanzan hasta 4 metros de profundidad y 6 metros de diámetro y donde los marcos de plantación no superan las 200 plantas por hectárea. En todo caso en las zonas de mayor densidad no hay mas de 800 plantas por hectárea, lo que unido a la escasa pluviometría hace que las producciones oscilen entre los 500 y los 1.500 kg de uva por hectárea. Baja producción, poca lluvia, mucho sol y plantas centenarias hacen de la uva de lanzarote una auténtica joya enológica.
Elaboración
Tratamos las uvas con el máximo respeto posible, sabedores del trabajo y el esfuerzo que se derrocha en su cuidado y de la enorme generosidad con la que nos la regala la naturaleza.
Ponemos especial énfasis en cuidar su estado sanitario mediante meticulosas selecciones y su maduración teniendo un control analítico exhaustivo. Un cuidado especial en su manipulación, sin utilizar bombas ni acciones mecánicas que puedan dañarla sino la gravedad y un prensado suave de uvas enteras completan el proceso de trabajo con las uvas.
Los vinos no se clarifican y su manipulación en trasiegos y embotellados se hace con maquinarias especialmente diseñadas para cuidar y conservar todas las características organolépticas.
Son vinos con una boca especialmente atractiva, elaborados respetando la variedad. Son vinos para beber no para catar.
Vinos
Las variedades de uva y las condiciones de cultivo que tenemos en Lanzarote aportan los elementos necesarios para obtener vinos de gran calidad y originalidad.
El amplio marco de plantación y la escasa pluviometría hacen que el sistema radicular de la planta sea enorme, cada planta dispone de una enorme superficie para buscar nutrientes de la tierra y el agua que se conserva bajo el manto de ceniza volcánica.
Esta circunstancia marca una de las características mas importante de nuestros vinos, su gran sabor y mineralidad. La uva pone el resto.